domingo, abril 22, 2007

Vuelta al cole

Cuando uno no conoce más vocación que la galletita... es difícil encontrar esperanzas de llegar a alguna parte. O llegar a ser parte de alguna... o partir de alguna llegada... o llegar y ver el partido. Como sea: es difícil. Pero cuando hay gente que te acompaña por el camino; gente que sufre y suda junto a vos; gente que te apoya...probablemente estás viajando en el tren en hora pico.

¿Y por qué estás viajando? Porque de una manera muy loca (que no es subido a un monociclo haciéndole el amor con un mono relojero) conseguiste algo que querés lograr. Y por primera vez ese "algo" no es llegar al segundo nivel del Mortal Kombat, es algo más importante... no diría un sueño, pero... no sé, un sueñito? Y conseguiste eso gracias a la ayuda de los demás, que te acompañaron, se quedaron en la puerta y te alcanzaron el papel. Y eso... ese hallar el sendero gracias a personas que te quieren... realmente te hace sentir un sorete.

Sin embargo ahí estás, así que no te quejés y laburá hijo de puta. Porque o sino van a venir tooodos esos que fueron tan buenitos a romperte bien el colon a puntapiés. Y ahí sí que no vas a volver a sentir un sorete (...perdón...).

Le dedico esta vuelta a: la calesita, la Rusa (la de carne y a la ensalada también), Laurita, Brem, Julieta, Marquitos (quien nunca leerá esto), a mamá, a papá, al lorito, a la del mono, a todas esas personas de las que me estoy olvidando por causa de mi enfermedad y a Elvis no.

Gracias.