sábado, agosto 20, 2005

Nada para cuentear

El singular Asco tenía otro rasgo característico, además de ser una especie de Rocky Balboa sobreexpuesto a radiación, y era que tendía a usar frases que estaban completamente despegadas del contexto en el que estaba, pero talvez comunmente utilizadas por actores de doblaje mexicano o un caballo que habla.
Aunque, después de varios análisis, algunos especialistas (que no se sabe especialistas en qué) se dieron cuenta de la verdadera causa de este fenómeno y le quitaron el premio al mejor imitador de Marty McFly.

El motivo de lo que en un principio se había identificado como un dialecto ninja(?), en realidad se debía a un exceso de televisión, que fue descubierto en Asco, al oirlo estrenar palabras como "bo'", "agarrame esta", "mortadela" y "cacatúa" (entre otras) que eran, desde ya, muy escuchadas en la escuela en que asistía con regularidad.

Efectivamente, Asco era como un loro; cualidad plumífera potenciada por su anatómico pecho paloma y su condición futbolera de gallina.
Mientras tanto se manejó copiando personalidades, plagiando chistes, incorporando vocablos, etc. Así fue que al terminar el ciclo lectivo tenía un vocabulario, un estilo y hasta costumbres totalmente diferentes a las que poseía cuando ingresó.

FIN

jueves, agosto 04, 2005

Algo para cuentear

Queridos amiguitos drenagentistas:
Hoy les contaré la historia de un niño al que llamaremos ASCO. Asco en un principio se definió como un poeta, un ser espiritual, romántico, pintor y experto en las artes marciales. Aunque eso se fue desvirtuando con el correr de su fama y el efecto de los azotes.
Él se hizo conocer(con la fama ridícula arriba mencionada) allá por el año 2000 y desde entonces no dejó de hacer de las suyas (de las suyas de él, y también de las de otros, lo cual era considerado acoso sexual en aquellos tiempos).
En la memoria de los que le conocieron (memoria limitada por el exceso de drogas, alcohol, gasas, cotonetes y demás productos farmacéuticos) se encuentra un concepto muy concreto: Asco era medio pelotudo.
Aún así sería una pena (o como quien diría, una poronga) no recordarlo desde otro enfoque que lo favorezca un poco más como hace la prensa oficial con la realidad económica y Julio Iglesias.


Otro día hermoso transcurría en la escuela República del Perú. En el curso de 8vo iban por el 4to módulo y con la piolísima idea de hacer renunciar al 3er profesor.
Los alumnos estaban un poco más nerviosos que de costumbre, sobrepasando la dosis diaria recomendada de euforia. No les caía bien el profe de música y mucho menos cómo agarraba las flautas. Entonces no tuvieron mejor idea que colocar el tacho metálico de la basura arriba de la puerta semiabierta para que cuando el señorete entrase le quedara el balde de sombrero y el cajón de madera.
Aunque...los pendejos no pensaron en algo...mejor dicho: los pendejos no pensaron en nada (sus mentecitas mentecatas estaban ocupadas contando con cuántas personas habían compartido saliva en los últimos días). Las cosas no salieron como fueron planeadas, el cubo cayó...pero lo hizo sobre la preseptora. Más presisamente en su frente (según los alumnos un lugar estratégico, pues se sospecha que era en el único lugar que no tenía pelos).
"No era nuestra intención", habrá dicho más de uno. Y la intención es la que cuenta, pero en este caso las amonestaciones también cuentan.
Minutos después del siniestro la acción sigue presentándose en el mismo salón, esta vez directora incorporada, que con su porte autoritario pregunta sobre el aula toda "¿¡QUIÉN?!...¿¡FUÉ?! LA!! o ÉL!! Que pusoelcestoahíarriba'elapuertacanejoehh??!". La señorota insiste varias veces hasta que nuestro héroe(?) Asco (sí, de ese que ya se olvidaron) salta y le esputa en la cara a doña Capusotto "FUÍ YO, DIRECTORA, FUÍ YO!".
Esto tomó por sorpresa a todos sus compañeritos que quedaron atónitos y sin poder gritar a coro el chascarrillo Menem lo hizo!.
La culpa de Asco en este hecho era una total mentira, a pesar de esto se volvió costumbre que cada vez que se cometiera un desliz anónimo y se llegara al riesgo de una penitencia colectiva(y cuando digo penitencia colectiva no hablo del "bodrio de viajar en bondi") él se hacía cargo.

Ya después de un tiempo se adjudicaba todas las acciones cuestionadas. Así cuando alguien preguntó "Quién me escupió", orgulloso contestó "Ése es mi pollo!", cuando otro encuestó "Quién puede ser tan asqueroso como para gustarle el sushi?!", el muchacho sentenció "El gusto es mío!", al planteo de "Quién se cree esa vieja chota?!" respondió "Esa es mi mujer!", etc, etc...

CONTINUARÁ (Dios ni la ciencia lo permitan...)