Momento de--tenido

A medida que miraba hacia el dedo gordo de mi pie derecho, y lo comparaba con un tomate que aún no había madurado, rebuscaba en esta mente (rebuscadamente) tratando de hallar algo. Quizás hacerlo con una cucharita de té no haya sido la mejor opción. Al menos debería haberla limpiado de los restos de azúcar antes de proceder, pero ese es otro tema que quizás deba tratarlo el otorrinolaringólogo, o algún especialista con nombre de similar graciosismo.

En fin, de lo que quería escribir (aunque les confieso en realidad no quería y me obligan un grupo de monjas conservadoras y monjes preservativos) era sobre que hace mucho que no vienen ideas a mi cabeza. No sé que pasa, no se me prende la lamparita (desenfoque). Me ocurría algo parecido en el colegio, cuando no sabía explayarme. No me salía expresar un mínimo concepto (anticonceptivo), y esa es una de las razones por las cuales me llevé 7 materias, además que en clase imitaba un hongo(hongazanería) en vez de estudiar.
Una de mis excusas más usadas de mi ausencia escribana es culpar a mi hermano, alegando que me tiene las pelotas por el piso (problemas congenitales). Todavía me parece extraño que haber discutido por algo que no sea un cochecito a fricción. El otro día combatimos (sepelio) por el simple hecho de tener diferentes modos de entretenernos en internet! Qué clase de familia es esta?! dónde quedaron esas discusiones conyugales con rotura de platos incluída (familío)? Igual mi madre los platos los rompe igual con sin ayuda de nadie, se nota que las mujeres están mucho más liberadas.
Volviendo al tema anterior...debería haber meditado en planificar un poco más mi vida. Pero quién quiere una vida si puede tener una computadora o los muñecos de los Halcones Galácticos?! Sé que tampoco debería permanecer tanto tiempo tirado en el piso (echado de menos), pero mi teoría es que sólo así podré llegar a subir un escalón más en el alpinismo del alpedismo. En fin, espero que sepan comprenderme y si no saben próximamente sacaré el manual para que aprendan a hacerlo (escrito por Ernesto Sábato y Pablo Coelho). Felicidades.